Quiero la separación pero él no quiere

Cuando nos casamos, hacemos un compromiso que se supone que tiene una fecha indeterminada para terminar, o "¿Sólo la muerte nos separa?" reina como justificación para la separación. Nos llevaron a la letra del juramento de ese gran día, y por el momento los amantes no se detienen a pensar en la posibilidad real de que esta relación no funcione.

El matrimonio es el vínculo que se establece entre dos personas, a través del reconocimiento gubernamental, religioso o social, y que presupone una relación interpersonal de intimidad, cuya representación arquetípica es la convivencia, aunque muchos puedan verlo como un contrato. En la ley portuguesa, el matrimonio se define efectivamente como un contrato.

Cada proceso que involucra la ceremonia está rodeado de cuidados, sueños que involucran un amor infinito donde se superarán las dificultades, se dejarán de lado los miedos, los aromas que se activan a la entrada de los novios, los sitios web con fotos, los recuerdos de los momentos felices, este mercado que en torno al matrimonio respalda aún más la esperanza del amor infinito.


Pero en la vida real, el matrimonio requiere un gran compromiso y tolerancia, y solo en la vida cotidiana nos damos cuenta de lo difícil que es sostener los pilares de una relación, como las citas, donde las obligaciones eran mucho más fáciles de eludir.

Según los datos del Censo de 2010 publicados por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), la disolución de las uniones matrimoniales ha aumentado en aproximadamente un 20% en los últimos diez años en el país. De 2000 a 2010, el número de personas involucradas en algún tipo de separación pasó de 11.9% a 14.6%.

Por alguna razón, cuando el amor termina, la separación aparece como una salida, y no es fácil asumir el fin de un compromiso que involucra tantos factores, como la familia, los niños, los bienes, los amigos.


En este proceso, encontramos mucha resistencia incluso del compañero que a menudo no quiere la separación. Cuando la mujer adopta esta actitud, la resistencia es aún mayor, ya que los padres a menudo no están seguros de la nueva situación de su hija, como si el matrimonio solo fuera un refugio seguro, independientemente de los problemas presentados.

Para el hombre que no está acostumbrado a lidiar con sus emociones la mayor parte del tiempo, el proceso es aún peor, porque de alguna manera la mujer estructura la casa, enfrentando muchas situaciones que nunca asumió, o que necesitaba poco para participar.

El piso se abre, dejando solo la desesperación sobre cómo experimentar este proceso, ya que la decisión de separarse a menudo trae la sensación de fracaso, lo que dificulta ver la situación de manera más objetiva.


En este momento, la terapia es un aliado importante de la pareja, ya que puede trabajar con ambos aspectos que conducen a la separación, intentando una posible reconciliación de la pareja.

Al introducir a un tercero en la relación que no está contaminada con las quejas de la pareja, la pareja puede mostrar lo que este matrimonio ha construido bien y conducir a cambios importantes en la relación.

Escucharse mutuamente es algo que se vuelve difícil y dentro de un proceso terapéutico la pareja comienza a reflexionar y buscar soluciones de común acuerdo, donde aprenden a dialogar con más afecto, tolerancia, buscando acciones efectivas para la recuperación del matrimonio.

RITUAL DE SEPARACIÓN PARA ROMPER LA RELACIÓN ENTRE DOS PERSONAS (Mayo 2024)


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