Selectividad alimentaria infantil: consejos prácticos para ayudar a los padres en este desafío

Cantidad, ubicación, compañía, tiempo, cuando se trata de comida, los pequeños quieren elegir todo y crear sus propias reglas. Los niños se exponen lentamente a los alimentos y pueden ser poco receptivos, por lo que desarrollan dificultades de alimentación como la selectividad.

Todos tenemos preferencias alimentarias, hay alimentos que nunca nos gustaron, los que no nos gustaron y nos gustaron, y los que no tenemos interés en probar. Pero el límite entre lo que es común y lo que es peculiar (y puede desencadenar una serie de problemas alimentarios) es claro, especialmente en la infancia. Así que hablamos con la nutricionista Ariane Bomgosto, especialista en nutrición conductual infantil, para ayudarlo a identificar y sortear el desafío de la selectividad alimentaria.

Selectividad alimentaria: ¿cómo identificarla?

Debe observar su comportamiento con mucho cuidado para encontrar anormalidades. Ariane señala que hay dos perfiles de niños que se ajustan a la tabla de selectividad alimentaria:


  • El niño que cambia las preferencias alimentarias constantemente: En este caso, el niño puede estar rechazando alimentos motivados por sus preferencias dietéticas, que cambian constantemente en esta etapa de la vida.
  • El niño que tiene una aversión sistemática a algún alimento específico: Aquí, el niño puede tener una aversión sensorial a los alimentos (EAA). Se debe a la hipersensibilidad a colores desagradables, texturas que causan asco en la boca u olores difíciles de tolerar.
  • El nutricionista señala que "al identificar el perfil presentado, los padres deben analizar las pautas nutricionales que se aplican a cada caso, ejerciendo su capacidad de comprender la peculiaridad presentada por su hijo".

    Autismo y selectividad alimentaria infantil

    Los niños dentro del espectro autista a menudo manifiestan diversos grados de selectividad hacia su dieta. Esto se debe a que los autistas suelen ser hipersensibles a los estímulos externos e internos, influenciados por el tipo de alimento que ingieren, por lo que debemos ser aún más conscientes de la calidad y el estilo de los alimentos que adoptamos. Es muy importante proporcionar entornos que ayuden a esos niños a comer de manera más pacífica y sentirse seguros para manejar sus alimentos, así como a mantener horarios regulares.

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    Además, en lo que respecta a la dieta, algunas indicaciones enumeradas por el experto son:

    • Elimine los alimentos vacíos de la dieta de su hijo: caramelos, piruletas, gominolas, bocadillos. Son un grupo de colorantes, conservantes y aditivos químicos sin nutrientes;
    • Cortar el refresco: Es un anti-alimento. Además de no nutrir, también roba nutrientes porque se une a minerales como calcio, magnesio y zinc, haciéndolos ineficaces;
    • Atención al gluten: El gluten en estos casos debe mantenerse al mínimo o eliminarse cuando queremos evaluar la sensibilidad de un niño a esta proteína. Esto se debe a que puede pasar al torrente sanguíneo, activando el sistema reactivo del cuerpo. Además, puede atravesar la barrera hematoencefálica y causar inflamación en el cerebro.

    5 consejos para tratar la selectividad alimentaria infantil

    Una vez que se identifica la disfunción, lo mejor que puede hacer es buscar ayuda de un especialista. Ya hemos señalado que no existe una fórmula mágica para librar a los niños (y sus padres) de esta desgracia, pero es posible tomar algunas medidas importantes que, si se analizan detenidamente, traerán una mejora gradual en la selectividad alimentaria de los niños (y harán que los niños proporcionar más comida), son:

    1. No incluya alimentos rechazados en la dieta del niño si el niño tiene una posible aversión a los alimentos.
    2. No compare el comportamiento selectivo en relación con los alimentos manifestado por el niño con otro niño que se comporta de manera diferente, especialmente en ocasiones públicas y de manera irritante.
    3. Anime a su hijo a que cree un diario de emociones alimenticias para que pueda escribir lo que cada comida le trae cuando la come. Este diario puede ser colorido y trabajar el atractivo visual. Por ejemplo, por un lado puede estar la imagen de los alimentos, y por el otro, ¿qué siente el niño cuando imagina comerlos en forma de "caras sonrientes"? mostrando sentimientos como "asco", "tristeza", "enojo" o "angustia".
    4. En lugar de preguntar directamente si al niño le gustó o no la comida, pídale que la describa utilizando atributos alimenticios tales como temperatura, sabor y textura. De esta manera, desarrollará su percepción de los sentidos utilizados al momento de comer.Esto lo ayudará a comprender mejor la naturaleza de sus papilas gustativas.
    5. Sobre todo, debe tener paciencia y no imponerle nada al niño, obligarlo a comer no cambiará su relación con él (al menos no para mejor). Debe ser cuidadoso y creativo al introducir nuevos alimentos.

    Selectividad alimentaria infantil, trastornos alimentarios y otros problemas.

    La selectividad alimentaria infantil no causa trastornos y problemas alimenticios, pero una selectividad puede conducir a situaciones más graves al desencadenar la mala relación que el individuo desarrolla con su propia dieta.


    Las posibles consecuencias son:

    • Desarrollo de déficits nutricionales relacionados con la deficiencia de nutrientes presente en alimentos rechazados.
    • Aislamiento social causado por la dificultad de asistir a lugares que no ofrecen opciones de alimentos aceptados.
    • Deterioro del desarrollo del músculo masticatorio debido a la posible atrofia del mal uso del sistema motor oral.
    • La distancia del niño del universo alimentario y el posible desarrollo de aversión a otros alimentos aumentan, cada vez más, la imagen de selectividad.
    • Transfiere la dificultad de lidiar con tu dieta y lo que sientes en este momento a los padres. Es decir, los niños que comienzan a culpar o alejarse de sus padres porque no se dan cuenta de que pueden y quieren ayudarlos a sobrellevar su selectividad.
    • A la larga, empeora la relación con la comida, lo que socava la capacidad del niño de aprender a tomar decisiones alimentarias adecuadas para su cuerpo.
    • Desarrollo de depresión y frustración causada por la dificultad del niño para lidiar con su propio comportamiento alimentario, que puede conducir a trastornos de conducta relacionados con los alimentos, como la fobia alimentaria.
    • ¡Bueno, deje que todo vaya tan lejos y las comidas familiares son siempre momentos de placer para todos los involucrados! Nada como una mesa llena de opciones para que usted y su familia disfruten, ¿no es así? Con todas las precauciones tomadas, es poco probable que se desarrolle selectividad alimentaria en su hijo. También vea cómo hacer que sus hijos coman vegetales sin hacer muecas.

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