Cómo saber si su hijo tiene dislexia

Cuando un niño presenta bajo rendimiento escolarno siempre significa que es perezosa o desinteresada, puede ser un trastorno hereditario conocido como dislexia. Quien tiene el trastorno presenta dificultades en la lectura y la escritura. Además, al momento de escribir, la persona intercambia u omite palabras. Con esto, el aprendizaje pronto se ve afectado.

Según la Asociación Internacional de Dislexia (IDA), el trastorno afecta al 17% de la población mundial y generalmente se identifica en las aulas en los años posteriores a la alfabetización. Cuanto antes sea el diagnóstico, menor será el impedimento de aprendizaje del niño.


Los signos más comunes de que el niño tiene el trastorno son: dificultades con el lenguaje y la escritura; dificultades en la escritura; dificultades con la ortografía y lentitud para aprender a leer.

En algunos casos, el niño también tendrá disgrafía (letra fea); dificultad con las matemáticas; dificultades para comprender textos escritos y dificultades para aprender un segundo idioma.

Pero la Asociación advierte que el diagnóstico debe ser realizado por un equipo multidisciplinario compuesto por logopeda, psicólogo y psicopedagogo, también debe considerarse el resultado de algunas pruebas como audiometría, evaluación neurológica, procesamiento auditivo y procesamiento visual.


La psicopedagoga Roselaine Marquetti explica que "las personas con el trastorno son inteligentes, pero tienen que usar otros dispositivos para aprender". Suelen desempeñarse bien en pruebas orales y actividades prácticas. Su inteligencia no se ve afectada por la dislexia.

Después del diagnóstico

La dislexia no tiene cura, pero el tratamiento es largo y persistente, pero no se requiere medicación.

La falta de un tratamiento adecuado puede, además del aprendizaje, afectar la vida social, causar ansiedad o depresión. Pero el mayor problema es que el trastorno generalmente afecta la autoestima del niño. "El niño se da cuenta de que es diferente, pero no sabe cómo manejarlo", explica Roselaine. El acompañamiento mitiga las dificultades y el alumno encontrará mecanismos alternativos para el aprendizaje.


Si el niño es diagnosticado con dislexia, la familia también debe informar a la escuela. El reconocimiento del trastorno evitará que el niño sea considerado un mal estudiante y los profesionales de la educación deben buscar soluciones para enfrentar la dificultad del niño.

En casa, los padres deben tener cuidado con sus estudios y evitar cargos serios. Idealmente, también ayudan al niño, lo motivan y lo alientan. Por ejemplo, los disléxicos entienden más cuando alguien le lee.

Si se trata temprano, como adulto, el disléxico aprende a sobrellevar las dificultades y, especialmente, a superarlas. "Crea su propio mecanismo para poder leer y escribir sin muchos problemas", concluye el psicopedagogo.

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