El agua es importante para nuestra salud, por lo que debemos beber hasta 2 litros al día para ayudar a nuestro cuerpo a funcionar e hidratarlo.
A pesar de ser visto con sospecha, el agua con gas no hace daño y, contrariamente a la creencia popular, incluso puede contribuir a la prevención de enfermedades estomacales o esofágicas. El agua con gas solo termina siendo mala si se consume en exceso, al igual que cualquier otra bebida.
Las personas que no tienen intolerancia a los gases pueden beber esta agua sin problemas, ya que tiene las mismas propiedades hidratantes que el agua natural.
A las personas con problemas gastrointestinales no se les recomienda beber demasiado, ya que demasiado gas puede irritar las membranas mucosas del estómago y empeorar el problema.
Muchas personas confunden el agua con gas con soda porque ambos tienen gas y, por lo tanto, descubren que después de beber se hinchan un poco, por lo que la mayoría termina por no consumirla. Lo que es un error, porque lo que engorda no es el gas sino las calorías de azúcar contenidas en la bebida, que es el caso de los refrescos.
El agua con gas no tiene azúcar en absoluto, y tanto el azúcar carbonatado como el natural no tienen calorías, por lo que no aumenta de peso, mucho menos se hincha después de ser consumido y es más saludable que la gaseosa.
Un consejo para un día caluroso es mezclar agua con gas con limón y hielo. La bebida es refrescante y sabrosa.
¡Miguelito se quedó sin gas! - Morandé con Compañía 2017 (Abril 2024)
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