Algunas reglas son importantes en el entorno laboral: vestirse bien, tener una buena relación con los colegas, comportarse adecuadamente, entre otros factores, ayuda a que cualquier empleado sea tomado en serio.
Pero hay otro punto que también marca la diferencia: la forma en que hablas. Algunas oraciones aparentemente inocentes pueden poner todo a perder. La entrenadora profesional Tara Sophia Mohr cita algunas cosas que deberían eliminarse de su discurso cotidiano:
- ¿Tiene esto sentido?
La frase sugiere que crees que la persona fue inconsistente en lo que dijo. En cambio, pregunte: ¿Qué piensan sobre esto? Cuéntame más sobre tus ideas. - ¿En realidad?
Al comenzar la oración con esta expresión, parece que está sorprendido o en desacuerdo con lo que se ha dicho. - ¿Perdón, pero?
No te disculpes por ocupar espacio o tener algo que decir. Da la impresión de que estás haciendo algo mal. - ¿Yo creo?
"Creo que deberíamos ir en una dirección diferente", "Creo que el informe debería reorganizarse". Esta palabra se usa cuando no está seguro de las ideas, y eso es malo. - Habla demasiado rápido
Date prisa, corre con palabras, acumula oraciones en una secuencia larga. Esto sucede mucho cuando una persona no quiere dedicar demasiado tiempo a una reunión o conversación. Pero la mejor alternativa es siempre pronunciar oraciones concisas, con finales claros y breves pausas entre ellas.
Vía Yahoo Shine
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